El capítulo ofrece una aproximación sociológica a los conceptos raza y etnicidad como constructos sociales, asumiendo que ambos han sido reedificados bajo condiciones históricas concretas, con el fin de legitimar relaciones de dominación, explotación y control de determinados grupos sociales. Tales confluencias explican que, lejos de haberse superado el racismo en su acepción clásica (racismo biológico), se asista a una metamorfosis ideológica que lo ha desplazado hacia la cultura y que sus manifestaciones sean cada vez más complejas, sutiles y fragmentadas, aunque no por ello menos sistémicas y estructurales. El texto concluye con una reflexión sobre la necesidad que el antirracismo como posicionamiento ideológico adopte una dimensión política y no solo moral, en un contexto en el que el racismo ya no se expresa principalmente a través del racismo tradicional (biorracismo).
© 2001-2025 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados