El objetivo de este artículo es realizar una reflexión crítica sobre la participación de las personas con un diagnóstico de trastorno mental en la comunidad desde una perspectiva de derechos y de construcción comunitaria de espacios colectivos. En la primera parte se realiza una revisión sobre conceptos básicos como salud mental comunitaria y el significado de participación, entendida como un fin y no como un medio. Se plantea la necesidad de aumentar la participación en espacios comunitarios más allá del circuito clásico de atención a la salud mental, procesos que implican crear y compartir conocimiento de manera colectiva, horizontal y consensuada entre todas las personas implicadas, en especial las propias personas diagnosticadas. En la segunda parte se presenta, como ejemplo, el grupo de mujeres de Radio Nikosia, narrado en primera persona por las propias participantes. Los aspectos destacados del grupo son su horizontalidad, flexibilidad y autoorganización en un espacio fuera del sistema sanitario donde es posible expresarse sin miedo a ser juzgadas. En este grupo se generan procesos de confianza, reconocimiento, alegría, apoyo social y salud. El grupo se reúne quincenalmente y reflexiona sobre diferentes temas escogidos. También se plantean acciones políticas por los propios derechos de las mujeres, como la participación en medios de comunicación, convocatorias feministas, formaciones y charlas. Se ejemplifica que otras formas de hacer salud mental comunitaria son posibles. Los retos son visibilizarlas, sistematizarlas y poder valorar el impacto que tienen en la salud de las personas y la comunidad.
The objective of this article is to critically reflect on the participation in community of people with a diagnosis of mental disorder from a human rights and community health perspective. Firstly, we review basic concepts such as community mental health and the meaning of participation, which is understood as an end and not as a mean. It is important to increase the participation of people with a diagnosis in community spaces beyond the classic circuit of mental health care. This implies to create and share knowledge in a collective, horizontal and consensual way among all the people involved, especially the diagnosed people themselves. Secondly, the experience of the group of women of Radio Nikosia is narrated in first person by the participants themselves. The main highlights of the group are its horizontality, flexibility, and that is a self-organized space outside the health system where it is possible to express oneself without fear of being judged. Processes of trust, recognition, joy, social support and health are generated. Members of the group meet fortnightly and discuss on different topics chosen by them, and take part in political actions for women's own rights such as participation in the media, in feminist calls, in training and talks. We exemplify that other ways of doing community mental health are possible. The challenges are to make them visible, to systemize them and to be able to assess the impact they have on the health not only of the participants, but also the community.
© 2001-2024 Fundación Dialnet · Todos los derechos reservados