Una anécdota: tanteos experimentales fallidos, en la creación textual. Se caracterizan someramente las vanguardias artísticas del siglo XX: en ciertos aspectos, vienen del pasado. Almada Negreiros en sus primeros tanteos literarios: Futurismo, o anticipación del Surrealismo. Dos piezas narrativas cortas: A Engomadeira y Saltimbancos, 1915 y 1916. Se presentan sendos fragmentos, traducidos al español. Generalizando sobre las vanguardias del siglo XX: no surgen de la nada, sino que hunden sus raíces... en cantilenas de juegos infantiles y, sobre todo, en rachas irracionalistas que constelaban todas las literaturas europeas de siglos anteriores. Se da un ejemplo de un disparatario castellano del siglo XV. Y ello se alterna con un paso adelante en las vanguardias de la Península: Ramón Gómez de la Serna en Lisboa, 1923-25, y Almada Negreiros en Madrid, 1927. Se caracteriza a las vanguardias europeas por su dedicación ─no excluyente, claro─ a las pequeñas formas. (Es un motivo que se retomará.) Nueva mirada a las raíces europeas de las escabrosidades vanguardistas: revisitación de Rabelais; traducción al español de sendos fragmentos de Pantagruel y Gargantúa: por este orden. La afición rabelesiana por las enumeraciones heterogéneas y las listas estrafalarias. La razón que da Umberto Eco: en épocas de crisis, «pasar lista». Así también las vanguardias del XX. Las pequeñas formas en RAMÓN: greguerías. Revisión de las greguerías incrustadas en sus novelas: las llamaremos greguerías en rama. Análisis de un fragmento de la novela corta ramoniana La hija del verano (1922). Francisco Nieva, no solo prologuista de RAMÓN (1999), sino también, y desde mucho antes, autor vanguardista de teatro: escritor del Postismo. Pero también autor de narrativa como Oceánida (1996), novela-folletín de filiación ramoniana: «falsa novela inglesa». Procacidades enigmáticas en la novela nievesca y también en su teatro furioso. Enigmáticas por estar embastadas en una especie de castellano ortopédico inventado. En cuanto a la armazón, una pieza teatral nievesca de 1967 le sirve para poner en marcha el ambiente y la peripecia de Oceánida. Se da el salto a los pasajes (no fundamentales en la trama) donde el narrador se abandona a delirios [pseudo]procaces en el dicho castellano ortopédico inventado. Son escasos pero llamativos por lo vanguardista del procedimiento. Y se asemejan a algún capítulo de Rayuela (1963) en que Cortázar hace pasajeramente probanzas de lubricidad en un castellano inventado, entre lírico y lúbrico. Surrealismo de los dos autores, pero más genuino en Cortázar, mientras que el de Nieva «se autohereda» desde su época más vanguardista a lo Jarry. Para comprobar las raíces vanguardistas «teatrofuriosas» de ese registro nievesco, se ofrecen muestras de castellano ortopédico inventado en piezas teatrales suyas muy anteriores a Oceánida. Por fin: todas aquellas probanzas en dicha novela desembocan en una postrera pieza teatral del propio Nieva: ¡Viva el estupor! Cierre con una muestra de pervivencia ramoniana en esta comedia televisiva.
The article starts with an anecdote of failed experimental attempts in textual creation. We superficially cover the artistic avant-garde from the 20th century, which derive from the past in certain aspects. Almada Negreiros in his first literary attempts: Futurism or an advance of Surrealism. We introduce two of his short narrative pieces, A Engomadeira (1915) and Saltimbancos (1916), with translated fragments from both. If we generalize about 20th century avant-garde, we could assume that they do not come unexpectedly, but they do come instead from children’s folk songs and, mostly, irrational spells which were present in most European literatures from the previous centuries. We provide an example from the Castilian disparatario from 15th century and it is mingled with later Spanish avant-garde from Ramón Gómez de la Serna in Lisbon (1923-25) and Almada Negreiros in Madrid (1927). We depict European avant-garde by its dedication to «small forms», amongst others. (This topic will be dealt later.) We take a new look at the European roots in avant-garde roughness by revisiting Rabelais through the translation into Spanish of fragments from Pantagruel and Gargantua. Rabelais fondness for diverse detailed and extravagant lists is shown. Umberto Eco’s view is that this kind of register must be taken in crises periods, and so did the avant-garde movements in the 20th century. “Small forms” in RAMÓN (Gómez de la Serna): his greguerías. We take a close look at those greguerías which appear in his novels, and we denominate them «greguerías en rama» or »unbound greguerías». We analyse a fragment of Gómez de la Serna’s short novel La hija del verano (1922). Francisco Nieva wrote not only prefaces for RAMÓN (Gómez de la Serna) (1999), but is also an avant-garde playwright and, even before, writer in the Postism literary movement. Nieva was also the author of novels such as Oceánida (1996), a Ramonian melodramatic novel that we denominate «false English novel». We deal with the enigmatic shamelessness in Nieva’s novel and his «teatro furioso», or «furious theatre». It is enigmatic because they are sewn up in a difficult and invented Spanish language. As far as the frame of the novel, a drama piece from 1967 written by Nieva serves him as the base for the atmosphere and the unforeseen event in Oceánida (1966). We jump to read the non-fundamental fragments where the narrator gives up to shameless (pseudo)deliriums in the aforementioned difficult and invented Spanish. They are only a few but striking examples because of the originality and the novelty of the method. In a way, they are similar to some chapters of Cortázar’s Rayuela (1963), in which Cortázar uses an invented Spanish full of shamelessness, somewhere in between lyrical and lewd. Both authors are Surrealists, but Cortázar is more genuine while Nieva follows his own steps from his avant-garde period, a la Alfred Jarry. We offer samples of this invented Spanish language from Nieva’s plays that date well before Oceánida, in order to confirm the avant-garde roots in Francisco Nieva’s use of language. Finally, all those evidences from this novel lead into Nieva’s last drama play: ¡Viva el estupor! (2005). We close the article with a sample of the persistence of Ramón’s influence in this TV soap opera.
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