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Resumen de Casa SV. Barcelona. España

Jofre Roca arquitectes

  • Tradición constructiva y contemporaneidad caracterizan este proyecto en el que diferentes sistemas constructivos de antecedentes artesanales, permiten alcanzar el nivel de colores y texturas pretendidos por el proyectista.

    Villa SV se encuentra en un entorno urbano inmejorable, en la ladera sureste de Collserola y con vistas incomparables sobre toda Barcelona. Esta vivienda disfruta de las ventajas de la ciudad con los privilegios de una casa en el campo, en el marco de un proyecto en el que se han utilizado métodos de producción tradicional (cubierta de teja, el uso de la piedra, ladrillos manuales, vigas de madera maciza seleccionada y tratada a propósito, etc.).

    La Casa SV distribuye sus más de 1.000 metros cuadrados en tres niveles. En la planta baja se encuentran las zonas comunes: salón, cocina y comedor. En la planta sótano se ubica la zona del servicio con acceso independiente desde la planta baja, así como el dormitorio de invitados, una sala polivalente, baños con acceso al jardín y el garaje. En la planta superior se sitúan los dormitorios de los niños con baños compartidos, una biblioteca en los módulos de mayor tamaño y una suite en el extremo opuesto. La unidad del ladrillo y sus estudiadas dimensiones determinan el tamaño de los espacios y del módulo de los marcos metálicos de la estructura de acero, que se apoyan encima de los muros de ladrillo. Esta retícula metálica modula el proyecto de manera elástica según las necesidades y límites deseados. Se trata de una sistematización flexible que da un orden implícito a todo el proyecto.

    Los ladrillos hechos a mano en una fábrica local fueron producidos por maestros artesanos y diseñados por los arquitectos. Siguiendo un proceso artesanal, se hornearon quemando huesos de aceituna triturados durante 30 horas; en función de su exposición a las llamas, cada unidad adquirió una tonalidad más o menos rojiza, logrando el conjunto la textura deseada. Aunque este procedimiento fue manual, su coste resultó inferior al que se hubiera obtenido con la adquisición de ladrillos de medidas especiales fabricados con procesos industriales. Con el objeto de formar los aparejos, los ladrillos fueron diseñados con cuatro moldes de distintas dimensiones según su función. Dos de ellos se encuentran en las esquinas, uno para rellenar y otro, la pieza principal que configura el aparejo, permitió el final deseado. Las juntas de 1cm de espesor se construyeron con un mortero de cal, creando una sombra entre pieza y pieza.

    Las vigas, de madera de roble, fueron escogidas y aserradas por un aserradero local y se dejaron secar expuestas al sol durante tres meses para estabilizar sus movimientos; después se les aplicaron unos encajes específicos para enrasarlas a los perfiles metálicos. Estos elementos forman parte del sistema estructural y estético, con interesantes texturas y acabados tanto en los espacios interiores como exteriores.


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