Rafael Prieto Priego, José Luis Prieto Garrido, Gloria Priego de Montiano
En 1996, siendo profesor de la Facultad de Medicina de la Universidad de Tennessee, y cuando trabajaba ya en el hospital infantil Saint Jude, de Memphis (Estados Unidos), recibe el premio Nóbel de Medicina, compartido con el suizo Rolf M. Zinkernagel, ambos trabajando en el campo de la inmunología, concretamente con los Linfocitos T Citotóxicos y modelos de restricción de MHC.(Complejo Mayor de Histocompatibilidad). Su objetivo fue el estudio de la respuesta inmunitaria mediada por linfocitos contra las células infectadas por virus. Para ello utilizaron como modelo un virus capaz de producir meningitis en ratones. Los ratones infectados desarrollaban células T asesinas capaces de destruir in vitro, células de ratón infectadas por el virus. Pero, sorprendentemente, estas células T eran inactivas contra células infectadas procedentes de otra cepa de ratones. Resultado de todo ello, los linfocitos T, para desencadenar una respuesta, debían reconocer simultáneamente al antígeno viral y a moléculas propias de las células, los antígenos del Complejo Mayor de Histocompatibilidad (MHC). De esta forma se puso de maniesto la importante función biológica de los antígenos de histocompatibilidad, que hasta entonces sólo se habían relacionado con el rechazo a injertos y trasplantes. El descubrimiento proporcionó un gran impulso a la comprensión de los mecanismos inmunológicos básicos, la respuesta inmune y la génesis de las enfermedades autoinmunes
In 1996, while he was a professor at the University of Tennessee School of Medicine, and when he was already working at the Saint Jude Children’s Hospital in Memphis (United States), he received the Nobel Prize for Medicine, shared with the swiss Rolf M. Zinkernagel, both working in the eld of immunology, specically with Cytotoxic T lymphocytes and MHC restriction models (Major Histocompatibility Complex). Its objective was the study of the immune response mediated by lymphocytes against cells infected by viruses. For this, they used as a model a virus capable of producing meningitis in mice. e infected mice developed killer T cells capable of destroying in vitro, mouse cells infected by the virus. But, surprisingly, these T cells were inactive against infected cells from another strain of mice. As a result of all this, the T lymphocytes, to trigger a response, must simultaneously recognize the viral antigen and the cells’ own molecules, the antigens of the Major Histocompatibility Complex (MHC). In this way, the important biological function of the histocompatibility antigens was revealed, which until then had only been related to the rejection of gras and transplants. El descubrimiento proporcionó un gran impulso a la comprensión de los mecanismos inmunológicos básicos, la respuesta inmune y la génesis de las enfermedades autoinmunes
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