Este trabajo quiere mostrar que en la política tras un lapsus no hay ningún error, y que este lapsus tampoco obedece al orden freudiano de la psicopatología de la vida cotidiana. El decir repetitivo de la política en forma de lapsus no es más que una verdad que se quiere velar. Así funciona la política en la actualidad: no se oculta la verdad tras un velo, sino que ella misma actúa como velo de la verdad. Cuando en la política se anuncia un error en forma de lapsus, se siembra una duda y se vela una verdad. Detrás del equívoco de un decir en la política no hay un significado oculto, no hay lapsus, no hay error. Lo que emerge es una verdad que no se admite abiertamente, y su forma de velo es la única manera en que la política es aceptada por muchos: velando desde una ilusión fantasmática lo insoportable de lo político.
The objective of this article is to show that in politics, there is no error after a lapsus and that this lapsus does not derive from the Freudian order of the psychopathology of daily life. Politics’ repetitive way of speaking in the form of lapsus is nothing other than a veiled truth. That is how contemporary politics works: truth is not hidden behind a veil, but rather, politics itself acts as a veil for truth. When an error in the form of lapsus is announced in politics, doubts are raised and a truth is veiled. There is no hidden meaning behind the mistakes of something said in politics; there is no lapsus or error. What emerges is a truth that is not accepted overtly, and its veiled form is the only way in which politics is accepted by many: veiling the unbearable of the political on the basis of a phantasmatic illusion.
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