Erika Burgos Pineda, Adriana Salto Domínguez
20 años de existencia, el Programa Nacional Salas de Lectura “es el modelo más exitoso de promoción de lectura de la sociedad civil en nuestro país”. Esta labor de fomento a la lectura, auspiciada por una institución federal, el CONACULTA, y los institutos y secretarías de cultura estatales, es realizada a lo largo de todo el territorio nacional por mediadores voluntarios interesados en conformar comunidades lectoras. Convencidos del significado de esta labor, los mediadores entregan su tiempo y habilitan un espacio en su propia casa para reunir a la comunidad (a veces de niños o jóvenes, de mujeres o de ancianos) y ofrecer, con hospitalidad, un encuentro significativo con la lectura. En estos espacios los libros y la lectura no son vistos como un fin en sí mismos, sino como un recurso, una herramienta para el diálogo, la interacción, el debate, la creatividad, el pensamiento crítico y complejo, la imaginación, la expresión libre y para la convivencia en entornos de diversidad e intercultural. Con casi cuatro mil Salas de Lectura en el país, muchas son las experiencias y alcances que esta acción ciudadana ha logrado, con el claro propósito de transformar las comunidades, las formas de convivencia, su desarrollo y vida cultural, además de ejercer el derecho irrenunciable a la cultura. En las siguientes páginas se da a conocer una breve historia y algunos alcances de este Programa.
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