Quisiera presentarles algunas reflexiones sobre el efecto de la observación del bebé real durante sus actividades autónomas y su interacción con el adulto que se ocupa de él.He podido constatar por la experiencia acumulada que si el adulto que cuida al niño, sea la madre o quien la reemplaza, goza de una motivación y de una ayuda eficaz, que le permiten estar cada vez más atento al bebé, a su comportamiento, a las señales que emite y a sus respuestas, obtiene un conocimiento rico. Esto puede modificar profundamente la imagen interna que se había formado con anterioridad, la imagen del bebé reconstruido, lo que le ayuda a ver en él a un compañero con iniciativa y efectivamente capaz de adquirir competencias y de tomar en cuenta las consecuencias de sus propios actos.
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