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La rivalidad estratégica entre China y EE. UU. en el área de la energía

    1. [1] Banco Europeo de Inversiones
  • Localización: Energía y Geoestrategia 2020, 2020, ISBN 978-84-9091-470-0, págs. 39-104
  • Idioma: español
  • Enlaces
  • Resumen
    • español

      El crecimiento de la demanda ha convertido a China en el mayor consumidor mundial de energía, con importantes repercusiones geopolíticas. China ha alcanzado una posición clave en regiones como África Occidental y América Central y del Sur; en Oriente Medio, China está reemplazando el papel que tradicionalmente desempeñaba EE. UU., al combinarse el crecimiento chino con la retirada de EE. UU., tras alcanzar la autosuficiencia en los productos derivados del petróleo. La transición geopolítica coincide además con la evolución en el sector energético hacia sistemas con una mayor relevancia de las tecnologías en detrimento de los recursos primarios, de las energías renovables a costa de los combustibles fósiles, y un mayor peso de la electricidad en el mix energético. Los análisis de riesgos sobre estos cambios pecan a menudo de un excesivo optimismo. Más allá de los efectos transicionales, el cambio de paradigma energético tendrá importantes efectos geopolíticos, con riesgos que serán distintos más que menores. Dentro de este nuevo paradigma, se analizan las relaciones entre China y EE. UU. en el sector de la energía y sus diferentes subsectores (petróleo, gas natural, energías renovables, o infraestructuras de interconexión, a través del «Belt and Road Initiative»). La crisis inducida por la propagación del Covid-19 podría acelerar algunos de estos cambios y ralentizar otros. La coincidencia en el tiempo de la evolución en los sistemas energéticos con la transición geopolítica de mayor calado del último siglo, convierte las próximas décadas en un periodo de alta densidad histórica. Frente a los agoreros del fin de la historia, la encrucijada se presenta más formidable que nunca.

    • English

      A growth in demand has made China the world’s largest energy consumer, and this is having major geopolitical consequences. China now occupies a key place in regions such as West Africa, Central & South America and the Middle East, where the country is now taking over the role traditionally played by the USA, as Chinese growth is combining with the USA´s withdrawal from those regions, after having become self-sufficient in petroleum by-products. The geopolitical transition is also coinciding with developments in the energy sector, which is moving towards systems where technology is playing a greater part, to the detriment of primary resources, a move towards renewable energies and away from fossil fuels, and a greater weight of electricity in the energy mix. Risk analyses examining these changes are often too optimistic. Apart from the transitional effects, shifts in the energy paradigm will have major geopolitical effects, which will make the risks different rather than lower. Relations between China and the USA are analysed within this new paradigm, not only in the energy sector but also in its numerous subsectors (oil, natural gas, renewable energies or interconnection infrastructures, in the context of the «Belt and Road Initiative»). The crises induced by the Covid-19 outbreak could accelerate some of these geopolitical shifts and slowdown others.


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