En el presente artículo se expone una opinión divergente a la solución dada por la jurisprudencia sobre de la eficacia de equiparación que fija la Ley entre algunas situaciones de incapacidad permanente y el reconocimiento de la situación de personacon discapacidad (en adelante, PCD). En concreto, sobre si la Administración que es competente para reconocer la situación PCD en nuestro ordenamiento jurídico, ha de reconocerla o no a las personas a las que el Instituto Nacional de la Seguridad Social les haya reconocido previamente el grado de incapacidad permanente, en los grados de incapacidad permanente total, absoluta o gran incapacidad (en adelante, IPT, IPA y GI). Ya en el segundo quinquenio de la primera década de este siglo, la jurisprudencia había ratificado la denegación de tal situación PCD, interpretando así el artículo 1, punto 2 de la Ley 51/2003, de 2 de diciembre, de Igualdad de Oportunidades, No Discriminación y Accesibilidad Universal (en adelante, LIONDAU). La decisión de la Sala Cuarta del Tribunal Supremo que se comenta, vuelve a considerar que no procede ese reconocimiento PCD, incluso luego del Tratado de Nueva York de los Derechos de las Personas con Discapacidad, también luego de la Ley 26/2011, de 1 de agosto, de adaptación normativa a esa Convención y también luego del posterior Texto Refundido aprobado por el Real Decreto Legislativo 1/2013, de 29 de noviembre, de 29 de noviembre, la Ley General de Derechos de las personas con Discapacidad y de su Inclusión Social (en adelante, LGPCD). No es novedoso criterio. Como se advierte en la propia sentencia, esa Sala Cuarta ya se había pronunciado en sentido similar en tres sentencias del año 2018, considerando esa misma normativa. El autor discrepa de la solución defendida por la indicada jurisprudencia.
This article exposes a divergent opinion to the solution given by the jurisprudence on the effectiveness of equalization established by the Law between some situations of permanent disability and the recognition of the situation of a person with a disability (hereinafter, PWD). Specifically, on whether the Administration that is competent to recognize the PWD’s situation in our legal system should recognize it or not to people who have previously been recognized by the National Institute of Social Security for the degree of permanent disability, in the degrees of total, absolute, or major permanent disability (hereinafter, IPT, IPA and GI).
Already in the second five-year period of the first decade of this century, the jurisprudence had ratified the denial of such a PWD situation, thus interpreting article 1, point 2 of Law 51/2003, of December 2, on Equal Opportunities, No Discrimination and Universal Accessibility (hereinafter, LIONDAU). The decision of the Fourth Chamber of the Supreme Court that is discussed, again considers that such PWD recognition is not appropriate, even after the New York Treaty on the Rights of Persons with Disabilities, also after Law 26/2011, of 1 August, normative adaptation to that Convention and also after the subsequent Consolidated Text approved by Royal Legislative Decree 1/2013, of November 29, November 29, the General Law on the Rights of Persons with Disabilities and their Inclusion Social (hereinafter LGPCD). It is not a new criterion. As noted in the judgment itself, that Fourth Chamber had already ruled in a similar sense in three judgments in 2018, considering the same regulations. The author disagrees with the solution defended by the indicated jurisprudence.
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