Cada vez es mayor la necesidad de integrar los aspectos medioambientales en la política agrícola a través de la incorporación de un enfoque territorial y rural, que complemente al sectorial que ha venido utilizándose de forma continuada. La agricultura es una de las principales causas de la pérdida de biodiversidad, además de responsable de modificaciones en los sistemas tradicionales de cultivo p en la utilización de factores de producción.
La reforma de 199.2 significa una ocasión perdida para sentar las bases que permitan la transformación hacia una agricultura compatible con el medio ambiente. Únicamente las medidas de acompañamiento significan un avance en este sentido. Partiendo de estos supuestos, se plantean los problemas y prioridades que deberían orientar la nueva política con vistas a desarrollar una agricultura sostenible mediante la introducción del principio de la eco-responsabilidad.
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