La Comisión Europea presentó, en la reunión del Consejo, celebrada en diciembre de 1995 en Madrid, un documento agrario estratégico en el cual se llegaba a la conclusión de que el status quo no era una opción viable. Se argumentó que el proceso de reformas de 1992 debe continuar y Europa debe moverse hacia una política rural más integrada. El presente estudio expone los argumentos que llevaron a tal conclusión y explica los elementos principales de dicha política. Este artículo se divide en tres partes. En la primera se subraya de forma breve que por motivos actuales de presupuesto las reformas de 1992 deben continuar. En la segunda se explica más detalladamente por qué la política debe cambiar con el fin de adaptarse a las necesidades de la futura Europa, con hasta 27 Estados miembros, 490 millones de habitantes y un posible exceso de 15 millones de agricultores. Por último se expone qué se entiende por una política rural más integrada.
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