Silvia María Alfayé Villa, Pedro Rodríguez Simón, Alberto Gonzalo, Borja Díaz Ariño
A principios del siglo XX, el Marqués de Cerralbo interpretaba una roca de singular aspecto ubicada en el término municipal de Monreal de Ariza (Zaragoza), como una piedra destinada a la celebración de sacrificios humanos por parte de los habitantes de la cercana ciudad celtíbero-romana de Arcobriga. Pese a que esta interpretación ha sido acoplada por gran parte de la historiografía, la actuación arqueológica llevada a cabo por los autores en el año 2002 obliga a revisar la cronología prerromana y la funcionalidad ritual de esta piedra, ya que los materiales hallados en el transcurso de la excavación y prospección de la zona pertenecen a la época bajo medieval, no documentándose ningún resto arqueológico de cronología antigua.
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