Salamanca se une, con el Plan de Excelencia Turística, al resto de ciudades monumentales del interior que lo poseen. El modelo actual de "patrimonio cultural", con el horizonte incierto de su rentabilidad y futuro, llega hasta los núcleos que tradicionalmente se han visitado como hitos monumentales, más por voluntad que por campañas de promoción masivas como las actuales. Además, Salamanca recibe este documento de propuestas un año antes de comenzar su capitalidad cultural europea, compartida con la ciudad de Brujas. Las sugerencias recogidas en el estudio no son innovadoras, aunque sí sirven para sistematizar ciertas medidas, como pautas que deben seguirse en el futuro uso por los representantes políticos. En el documento redactado no existe un modelo de ciudad turística como tal. Se trata más bien de un plan de carencias para subsanar las deficiencias advertidas en la gestión turística de la ciudad.
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