La Gestión Ambiental debe ser parte activa y diaria de todo ser humano, de tal forma que ésta trascienda, que no se quede sólo escrita en acuerdos, normas, circulares o decretos, entre otros. Somos nosotros, como maestros, los llamados liderar la sinergia del trabajo con nuestros pupilos, con los ciudadanos, con los líderes sociales y la gente del común, con quienes tengamos injerencia, en pro del desarrollo de una conciencia ambiental. De ahí, la importancia de la didáctica como herramienta para diversificar el proceso de enseñanza y aprendizaje; pues son las didácticas activas, herramientas favorables que favorecen el desarrollo de competencias, entendidas estas, como un todo donde se involucran procesos cognitivos, actitudinales y procedimentales, donde cada didáctica tiene una intención encadenada al saber, al ser y al actuar, desde la reflexión, el disfrute y la acción, que conllevan a la protección de un planeta sostenible y sustentable.
De acuerdo con lo anterior, las didácticas requieren de una intención clara, es así como Gamboa (2009) menciona que la planeación debe ir dirigida a la formación científica de los estudiantes, a través, de la selección y clasificación de estrategias, las competencias, la definición de investigación en el aula y las acciones pedagógicas y didácticas ya que así, se favorecerá el proceso de enseñanza - aprendizaje. De igual forma, sigue una estructura cuyo enfoque corresponde a una metodología activa, teniendo en cuenta momentos como; activación de conocimientos previos, actividades de apropiación, actividades de transferencia, construcción de nuevos saberes y actividades de evaluación; de esta forma, la educación fortalece la Gestión Ambiental como responsabilidad social.
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