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La proyección exterior de la arqueología española a través de los congresos arqueológicos internacionales (1900-1936)

    1. [1] Universidad a Distancia de Madrid

      Universidad a Distancia de Madrid

      Madrid, España

    2. [2] Universidad Autónoma de Madrid

      Universidad Autónoma de Madrid

      Madrid, España

  • Localización: Lucentum, ISSN-e 1989-9904, ISSN 0213-2338, Nº 39, 2020, págs. 329-348
  • Idioma: español
  • Títulos paralelos:
    • The external projection of Spanish archaeology through international archaeological congresses (1900-1936)
  • Enlaces
  • Resumen
    • español

      Los congresos internacionales son un medio excelente para valorar la primera proyección de la arqueología española en Europa y América hasta el estallido de la Guerra Civil. Se pueden distinguir tres grandes fases, 1900-1913, 1914-1922 y 1923-1936. En la primera etapa, los principales arqueólogos extranjeros que trabajaban en España, Breuil, Obermaier o Schulten, publicaron principalmente en revistas francesas y alemanas. En cambio, fue Siret quien utilizó más estos congresos para proyectar su investigación en el extranjero, que eludieron investigadores españoles como Gómez-Moreno y García López. En otros casos como Mélida y Rivero, representaron a España en los congresos de Arqueología Clásica de El Cairo y Roma, pero no presentaron trabajos. Durante el parón por la Primera Guerra Mundial de una década entre 1914-22, que impidió la celebración en Madrid del XV Congreso Internacional de Antropología y Arqueología Prehistórica en 1915, obtenido gracias a las gestiones de Cerralbo, se produjo la incorporación a cátedras de Bosch Gimpera en 1916 y Obermaier en 1922, a la vez que como directores de museos lo hicieron Taracena en 1916 y Cabré en 1922. A ellos se sumaron en la universidad, pocos años después, Pericot y Mergelina en 1925, Carriazo en 1927 o Castillo y García Bellido en 1931. Bosch Gimpera fue el investigador con mayor proyección internacional desde 1923, inicialmente con apoyo económico del Institut d’Estudis Catalans y la culminó como secretario del IV Congreso Internacional de Arqueología Clásica en Barcelona (1929), que sirvió para debutar en estos congresos a investigadores como Juan Cabré, Encarnación Cabré, Navascués, Pérez de Barradas, Pericot o Taracena, quienes comenzaron a asistir ya más regularmente presentando trabajos en Coimbra-Oporto (1930), Argel (1930), Londres (1932) o las previstas inicialmente para Oslo (1936). Otro cambio importante, después de numerosas ausencias, fue la participación significativa de americanistas interesados en la América Precolombina a partir del congreso de Sevilla (1935). Las dos conclusiones principales de este trabajo son que el peso de los investigadores extranjeros en la arqueología española fue menor de lo que se ha pensado, incluso en el primer periodo hasta 1913, diluyéndose posteriormente. En segundo lugar, la proyección científica de Bosch Gimpera antes de la Guerra Civil y de Pericot después estuvo basada en la activa participación de ambos en congresos internacionales.

    • English

      International congresses are an excellent opportunity to assess the first stages of Spanish archaeology in Europe and America until the outbreak of the Civil War. We can distinguish three major phases, 1900-1913, 1914-1922 and 1923-1936. In the first stage, the main foreign archaeologists working in Spain (Breuil, Obermaier and Schulten) published mainly in French and German journals. Siret, instead, used these congresses to show his research abroad, something that other Spanish researchers, such as Gómez-Moreno and García López, eluded. Other researchers, like Mélida and Rivero, represented Spain at the Classical Archaeology Congresses in Cairo and Rome, but did not present works. The one-decade break that the World War I produced, between 1914 and 1922, prevented the celebration in Madrid of the XV International Congress of Anthropology and Prehistoric Archaeology in 1915, which had been assigned to the city thanks to the efforts of Cerralbo. However, during that decade, Bosch Gimpera in 1916 and Obermaier in 1922 became professors, while Taracena in 1916 and Cabré in 1922 became museum directors. A few years later, they were joined in the university by Pericot and Mergelina in 1925, Carriazo in 1927 and Castillo and García Bellido in 1931. Bosch Gimpera was the researcher with the greatest international projection since 1923, initially with financial support from the Institut d’Estudis Catalans and later becoming secretary of the IV International Congress of Classical Archaeology in Barcelona (1929). This Congress was the debut for researchers such as Juan Cabré, Encarnación Cabré, Navascués, Pérez de Barradas, Pericot or Taracena, who began to attend and congresses more regularly, presenting papers in Coimbra-Oporto (1930), Argel (1930), London (1932) or those originally planned for Oslo (1936). Another important change was the significant participation, after numerous absences, of Americanists interested in Pre-Columbian America in the Seville congress (1935). The two main conclusions of this work are that the weight of foreign researchers in Spanish archeology was much less than previously thought, even in the first period before 1913, and subsequently diluted. The second conclusion is that the scientific projection of Bosch Gimpera before the Civil War, and of Pericot afterwards, was based on the active participation of both in international congresses.


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