En las últimas décadas, pocas personas han hecho más méritos que Jacques Delors para ser admitido bajo la cúpula de los Inmortales donde se sientan los Padres de Europa. A sus 94 años, retirado de la vida pública desde hace tiempo, ha evaluado con su ojo implacable la actual situación en una declaración publicada en la web de su Instituto y enviada a AFP tras el Consejo Europeo de 27 de marzo: “El clima que parece reinar entre los jefes de Estado y de gobierno y la falta de solidaridad europea hacen correr un peligro mortal para la Unión Europea”.
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