Entre 1810 y 1824, las Antillas españolas fueron testigos de cómo el territorio de la América continental iniciaba, maduraba y culminaba su proceso de independencia y de una España que, a partir de la invasión francesa de la península Ibérica en 1808, vivió sus dos primeras experiencias liberales. Ambos desarrollos históricos supusieron la subversión del orden que representaba la monarquía absoluta, al momento en la persona de Fernando VII, y sus consecuencias se dejaron sentir en las islas. Tras el restablecimiento del absolutismo, en Cuba surgieron voces que buscaron adaptar la actividad inquisitorial a una nueva realidad que, impuesta por acontecimientos externos, condicionó el desarrollo y la efectividad de la actuación de los ministros de la Inquisición en la isla. El presente artículo se propone rescatar un proyecto de establecer un nuevo tribunal de Inquisición en La Habana, que fue presentado como un instrumento para el control de las ideas, la defensa de la religión y contra la herejía
Between 1810 and 1824 the Spanish Antilles witnessed the beginning, maturation and culmination of Independence in the continental American territories, while Spain—beginning with the French invasion of the Iberian Peninsula in 1808—lived through its first two experiences with Liberalism. Neither of these historical developments would have been possible without the subversion of the absolute monarchy—at that time in the person of Fernando VII—, the consequences of which were perceived in the islands. After the restoration of absolutism, emerging voices in Cuba tried to adapt inquisitorial structures to the new reality that, imposed by external events, conditioned the development and effective action of the Inquisition on the islands. This article aims to reconstruct a project to establish a new Inquisition tribunal in Havana, which was presented as an appropriate instrument for the control of ideas, the defense of religion and against heresy.
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