La publicidad española sufre desde hace un tiempo una invasión poco espectacular pero constante. Los tableros, balones, camisetas y toda la ambientación propia de un deporte que inventó un tal Naisville, en Estados Unidos, han dado pie a los creativos españoles para realizar campañas de productos de todo tipo, desde detergentes a tostadoras. Tanto es así, que pude hablarse de una minimoda.
Entre los deportes, hoy por hoy, parece claro que la publicidad prefiere el baloncesto.
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