La llegada tardía del SARS-CoV-2 a África, así como la rápida y hasta ahora eficaz reacción para contenerlo de la mayoría de los gobiernos africanos, parece haber ralentizado esta pandemia en el continente. Pese a ello, con 2.115 fallecimientos y más de 60.000 casos, la expansión del virus es ya exponencial y África podría convertirse en el próximo epicentro de un microorganismo que, según la ONU, amenaza con infectar en un plazo de entre tres y seis meses a 10 millones de personas, matar al menos a 300.000 y sumir en la pobreza extrema a 29 millones de africanos.
La COVID-19 puede retrotraer al continente varios años atrás en términos de desarrollo si los países africanos no obtienen una ayuda que sus ministros de Finanzas han calculado en un mínimo de 100.000 millones de dólares. Si esta enfermedad no es derrotada ahora, África podría además convertirse en el reservorio de un patógeno que tarde o temprano volverá al norte.
The late arrival of SARS-CoV-2 in Africa, as well as the rapid and, so far, effective reaction to contain it by most of African governments, has slowed down this pandemic on the continent. Nevertheless, with more than a thousand deaths and 30,000 cases, Africa could become the next epicentre of a pathogen that, according to the UN, threatens to infect 10 million people, kill at least 300,000 and plunge 29 million Africans into extreme poverty. The COVID-19 can take the continent back in development if African countries do not get aid that their finance ministers have estimated at least at $100 billion. Africa could also become a reservoir for a virus that will sooner or later travel to the North again, if it is not defeated now.
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