Numerosos autores, desde comienzos del siglo XVI, describen al continente americano como un lugar paradisíaco, ya sea en un sentido metafórico o mesiánico. Pero el cristiano nuevo Antonio de León Pinelo (cuyo padre había sido condenado a la hoguera por judaizante) en su obra El Paraíso en el Nuevo Mundo (terminada en 1650, pero que permaneció inédita durante mucho tiempo) presenta la gran originalidad de concebir la localización del Paraíso terrenal en América, en una región situada entre los actuales Perú y Brasil, como un hecho real, geográfico y físico. De ahí resulta una inversión completa de las perspectivas, en las cuales América aparece como el Mundo Antiguo, y el conjunto constituido por Europa, África y Asia sería el Nuevo Mundo. Es la razón por la cual el viaje del Arca de Noé se efectuó del este hacia el oeste, desde la costa peruana por el Océano Pacífico y por encima de la China cubierta por las aguas del Diluvio, hasta el monte Ararat. Los ríos que nacen del paraíso no son entonces el Ganges, el Nilo, el Tigris y el Éufrates, sino más bien el Amazonas, el Orinoco, el Río de la Plata y el río Magdalena. Antonio de León Pinelo desarrolla una demostración rigurosa: así se encuentra expuesto, de manera inédita, el problema del poblamiento de los continentes
Numerous authors, since the beginning of the 16th Century, describe the American continent as the place of paradise, either in a metaphorical sense or in messianic one.
However, the New Christian Antonio de León Pinelo (whose father was convicted for Judaizing and was burned at the stake) presents the great originality, in his work that for a long time remained unpublished «The paradise in the New World» (concluded in 1650), by conceiving the place of the terrestrial Paradise in America, in a region located between the present states of Peru and Brazil, as a real geographic and physical fact. From that point on emerges a complete inversion of the perspectives, in which America appears as the Old World, and the union constituted by Europe, Africa and Asia would be considered as the New World. For that reason, the journey of Noah's ark was executed from the east to the west, from the Peruvian coast in the Pacific Ocean and above China that was covered with the deluge water, until the Mount of Ararat. Hence, the rivers that originate in Paradise are not the Ganges, Nile, Tigris and the Euphrates, but rather the Amazon, Orinoco, Río de la Plata and Río Magdalena. Antonio de León Pinelo develops a rigorous demonstration: thus, the problem of the population of the continents is presented in an unprecedented manner.
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