“¿Cuáles son los límites del tratamiento cinematográfico de la “moral” y la “justicia”? El film de Gaspar Noé “Solo contra todos” tiene la virtud de poner a prueba nuestra capacidad de tolerancia a la emergencia de lo real. ¿Es la violencia de los traumas originales (masacre del padre y abandono de la madre) reparable, o está condenada a repetirse de generación en generación? Las definiciones de moralidad y justicia se ven conmovidas a lo largo de esta película, enmarcada en el corazón de una tragedia histórico-social: la ley simbólica no hace más ley. En estas coordenadas, ¿no está el sujeto condenado a transgredir, incluso en un rescate del “amor”, la ley simbólica de la prohibición del incesto?”
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