Varios son los objetivos que se deben alcanzar para que la economía de un país florezca y obtenga estabilidad a lo largo de los años. Así, si por una parte se debe fomentar la economía productiva, por otra se ha de crear un sistema defensivo que protega este tejido productivo, a fin de prevenir prácticas que atenten contra la iniciativa estatal o particular. Estas actuaciones irán encaminadas a la protección del sistema comercial y se sustentarán sobre bases legislativas y la creación de cuerpos administrativos o, en el caso del que nos vamos a ocupar, coercitivos que eviten la salida ilegal de capitales o la introducción de géneros de comercio ilícito, tales como los que se filtran a través de las fronteras por medio del contrabando, que socavan en gran medida los ingresos aduaneros y, en consecuencia, las rentas de un país.
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