El objetivo de este artículo es mostrar cómo la temporalidad inmanente es el principio de individuación por el cual los objetos individuales que se presentan en la aprehensión se insertan en el flujo de la conciencia y en ella adquieren sentido y validez. En un primer momento analizaré cómo la individuación tanto de los objetos inmanentes como de la identidad personal se da gracias a que la temporalidad se despliega como actividad. En segundo momento tematizaré el modo en que Edmund Husserl utilizó el término individuación en Lecciones de fenomenología de la conciencia interna del tiempo (2002), determinando su alcance e importancia en la comprensión del fenómeno temporal. Como conclusión, indicaré que la individuación permite identificar un determinado transcurso de tiempo o un objeto inmanente con su identidad y certeza particular en el fluir de la conciencia; mostraré cómo estas facetas temporales constituyen al individuo como forma absoluta en la que se da la conciencia y como origen de la acción y la reflexión del yo. Para ello se seguirá el método de la reducción fenomenológica y el del análisis en primera persona de la conciencia de tiempo.
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