En los primeros meses de 1496, Alonso de Lugo finalizó la conquista de la isla de Tenerife y, en señal de triunfo, llevó a los nueve jefes aborígenes vencidos ante los Reyes Católicos.
Desde el momento en que los menceyes guanches fueron acogidos en la Corte no se tuvo más noticias de la mayoría de ellos. En este artículo se analizará la suerte del mencey más famoso y más bello, que, supuestamente, fue donado por los Reyes Católicos al embajador de Venecia, Francesco Capello, y que, meses después, viajó a la ciudad del Adriático. Nuevos documentos encontrados en Venecia ponen en tela de juicio esta reconstrucción de los hechos y abren la posibilidad de que el «rey de Tenerife» llegado a Venecia fuera uno de los caciques caníbales de las islas del Caribe traídos por Colón de regreso de su segundo viaje en 1496.
During the first months of 1496, Alonso de Lugo ended the conquest of the island of Tenerife and, as a sign of triumph, led the nine aboriginal chiefs defeated to the presence of the Catholic Monarchs. From the moment the Guanche menceyes were received in the Court, there was no more news about most of them. This article will analyse the fate of the most famous and most beautiful mencey, who, supposedly, was donated by the Catholic Monarchs to the ambassador of Venice, Francesco Capello, and who, months later, travelled to the city of the Adriatic. New documents found in Venice call into question this reconstruction of the facts and open the possibility that the «king of Tenerife» arrived in Venice was just one of the cannibal caciques of the Caribbean islands brought by Columbus back from his second trip in 1496.
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