La industria es un motor esencial en el desarrollo económico, y se observa que las diferencias en el nivel de desarrollo entre países, o entre regiones dentro de un mismo país, vienen determinadas por el nivel de industrialización alcanzado. El sector industrial es tan importante que no se puede dejar en manos solamente del mercado y de las multinacionales, por el contrario, es necesario que el Estado recupere su papel protagonista. Si algo hay que aprender es que la crisis de 2008 cuestionó el modelo neoliberal y ahora la crisis de la pandemia ha cogido a las economías debilitadas en sus estructuras, como consecuencia de un modelo que no se modificó a la luz de la experiencia sufrida con el estallido de la crisis financiera. Las nuevas inversiones deben ir encaminadas a cambiar el modelo basado en los combustibles fósiles y potenciar energías renovables. Una industria verde con salarios dignos y trabajo estable.
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