El Green New Deal debería ser el centro del plan de recuperación económica de Europa, tras el estallido del coronavirus. En esta crisis ha surgido un factor nuevo: su naturaleza biológica, en cierto sentido la advertencia de fenómenos naturales que, de manera abrupta e incontrolada, pueden aparecer como cisnes negros. En realidad, la ciencia ya ha dado suficientes avisos en relación a los problemas que se pueden agravar con el cambio climático. De ahí que las necesidades de inversiones públicas para atajar el fuerte impacto del coronavirus deban enmarcarse en una agenda económica de futuro que tenga en cuenta la situación actual, pero, sobre todo, los desafíos del medio ambiente.
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