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Resumen de Inseminación artificial y preparación de dosis seminales

Manuel Hidalgo Prieto, María Ángeles Díaz Jiménez, César Consuegra González, Jesús Manuel Dorado Martín

  • El uso de la inseminación artificial (IA) en équidos mejora la eficiencia reproductiva y permite el envío y conservación de las dosis seminales. La lA con esperma fresco y refrigerado se realiza de forma rutinaria en el cuerpo del útero, comenzando cuando en la exploración ecográfica se observa un folículo preovulatorio (>35mm) junto con los demás signos de celo (edema uterino y comportamiento). Se realizan inseminaciones en días alternos con un mínimo de 500 millones de espermatozoides con movimiento progresivo, en un volumen de 20-40 ml, hasta la detección de la ovulación por la formación del cuerpo lúteo. Las tasas de gestaciones que se obtienen son similares a la monta natural (60-75 %). En el caso del esperma congelado, la inseminación puede realizarse en el cuerpo del útero, profunda en el cuerno o mediante endoscopio junto a la papila uterotubárica. La escasa viabilidad del esperma congelado en el útero de la yegua (6 h) condiciona que la inseminación deba realizarse siempre próxima al momento de la ovulación y hasta un máximo de 6-8 horas después, por lo que se suelen emplear agentes inductores de la ovulación. La dosis espermática varía entre 500-800 millones de espermatozoides si se realiza en el cuerpo del útero, o entre 5-50 millones si se realiza lA profunda en el la parte distal del cuerno, habitualmente en un volumen de hasta 5 ml. El movimiento progresivo del esperma tras la descongelación debe ser al menos 30-35 %. La fertilidad que se obtiene oscila entre 30-60 % de gestaciones.


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