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Utilización de servicios en una muestra de alcohólicos mexicanos

    1. [1] Hospital General de México

      Hospital General de México

      México

    2. [2] División de Investigaciones Epidemiológicas y Sociales, Instituto Mexicano de Psiquiatría
  • Localización: Salud mental, ISSN 0185-3325, Vol. 20, Nº. Extra 2, 1997, págs. 24-31
  • Idioma: español
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  • Resumen
    • Existen muchas variables de tipo individual, social y legal que se toman en cuenta para plantear las estrategias de tratamiento que se requieren. Sin embargo, aunque sabemos que en México existe una gran diversidad de servicios de tratamiento para los alcohólicos, aún no se sabe mucho sobre cuáles son las motivaciones que llevan a un paciente a pedir ayuda y qué es lo que determina que elija un servicio sobre otro. Esta información podría ser de gran utilidad, ya que los efectos y beneficios de los tratamientos se ven reflejados en la disminución de los costos y de las consecuencias dañinas asociadas al consumo excesivo de alcohol. La información para este estudio se obtuvo en la Clínica para Atención de Problemas Relacionados con el Alcohol (CAPRA) del Hospital General de México. Se trata de un estudio de casos, en el cual, se entrevistó a una muestra de 211 pacientes. Los criterios de inclusión para formar parte de la muestra fueron que se tratara de pacientes hombres, mayores de edad, que acudieran a CAPRA a pedir consulta por primera vez por problemas relacionados con el abuso en el consumo de alcohol y que estuvieran en condiciones tanto físicas como mentales para contestar de manera coherente el cuestionario. El instrumento que se utilizó, está basado en el "Composite International Diagnostic Interview-Substances Abuse Module" (CIDI-SAM). La versión final fue probada en pacientes que acuden a centros de tratamiento en Estados Unidos. La adaptación del instrumento para su aplicación en México se realizó en el Instituto Mexicano de Psiquiatría. El total de los pacientes entrevistados eran del sexo masculino entre 18 y 77 años (la edad promedio fue de 44 años). El nivel de escolaridad era evidentemente bajo, encontrándose que el 53 % había completado únicamente entre uno y seis años de escuela. Con respecto al ingreso mensual familiar el 74 % de los pacientes informó que es de dos salarios mínimos o menos, encontrándose el porcentaje más alto en la categoría de una vez el salario mínimo (37 %). El 60 % de los pacientes dijo beber todos los días (7 días de la semana) y el 21.3 % dijo hacerlo casi todos los días (5 o 6 días de la semana). El 62 % de la muestra dice consumir 12 copas o más por ocasión de consumo y el 31 % de 6 a 11 copas. La bebida de preferencia fueron los destilados (ron, brandy, vodka) (52 %), seguidos del tequila, mezcal y alcohol de caña (24 %). De los problemas físicos o de salud provocados por el consumo de alcohol, se encontró que, de las 12 condiciones médicas exploradas, el 98 % de los pacientes entrevistados informó haber tenido por lo menos una de éstas en el último año. Los problemas de tipo emocional como: sentirse deprimido (76 %) y sentir desinterés por las cosas (75 %), son los que se presentan con mayor frecuencia. Los problemas familiares provocados por el abuso en el consumo de alcohol también fueron de los más altos (75 %). A pesar de que el tratamiento sólo se ofrece a los pacientes que lo solicitan en forma voluntaria, el 29 % de los pacientes entrevistados dijeron haber sido obligados a ir al tratamiento y al 77 % se lo sugirieron. La mayoría de los pacientes acudieron, específicamente a ese centro de tratamiento, porque un amigo se los recomendó (68 %). El servicio más socorrido es Alcohólicos Anónimos ya que la mayoría de los pacientes ha acudido por lo menos a una reunión de AA (69 %). El 49 % ha estado por lo menos una vez ya sea en la cárcel, en urgencias o en ambos, por motivos relacionados con su manera de beber. Alcohólicos Anónimos, los programas de desintoxicación y los programas residenciales son los que se han utilizado más recientemente (hace 2.5 años en promedio), en comparación con los que estuvieron en una sala de urgencias (6 años antes en promedio), y con los que estuvieron en la cárcel (hace 10 años en promedio). Muchos de los pacientes han sido enviados a instituciones de justicia y han estado en salas de urgencias por motivos relacionados con el consumo de alcohol muchos años antes de llegar al actual servicio, por lo que éstos podrían ser lugares idóneos para realizar una detección oportuna antes de que llegue a presentarse un consumo crónico con los consecuentes problemas de salud, amén de las consecuencias negativas a nivel emocional y familiar. Se recomienda profundizar un poco más sobre los aspectos que determinan la utilización de servicios en diversas muestras, tener un contacto más cercano con los pacientes, y saber qué busca el alcohólico cuando acude a un centro de tratamiento, cuáles son sus expectativas y qué es lo que ellos propondrían para mejorar los servicios. Sería necesario hacer más difusión de los servicios en los cuales se atiende a personas que tienen problemas por su manera de beber, y el tipo de atención que se da, con el fin de que los pacientes acudan directamente al servicio que cubra sus necesidades evitando que vaya de un servicio a otro y obtener así resultados a corto plazo de los efectos y beneficios que se plantean como consecuencia del tratamiento.


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