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Resumen de «Las letras del análisis»

Isidoro Vegh

  • El texto de Freud «Moisés y el monoteísmo» es nombrado por Lacan, como el que estuvo junto a él en el tiempo en que introdujo en el campo del psicoanálisis la metáfora paterna. Es lo que explícitamente nos dice en su seminario sobre las psicosis. Texto esencial en la producción freudiana, en él se expone, una vez más, el mito del asesinato del padre. Sin embargo, así dicho nos induce al error, que al mismo Freud también lo confundió. «Tótem y tabú» es exactamente lo contrario de este texto. En «Tótem y tabú», según el relato que Freud a su vez recogiera de Darwin y de Atkinsons, en tiempos primitivos los seres humanos vivían en hordas. Dominados por el protopadre, quien disfrutaba del goce y de su distribución, los hijos, hartos de su autoritarismo, lo matan y lo comen en la comida totémica. El amor y la culpa hacen que este padre muerto retorne bajo el modo de la ley. Se establece un acuerdo, también por conveniencia, para frenar las sucesivas guerras, que ninguno disfrutará del goce de la madre. Y se establece por primera vez, la ley que inicia la humanidad: la prohibición del incesto. Texto freudiano resumido al extremo. En «Moisés y el monoteísmo» parece lo mismo y sin embargo no lo es. Ya no se trata de la muerte del padre de la horda, el poseedor de todo el goce, sino de la muerte, del asesinato del líder del pueblo judío por sus propios adeptos, asesinato del padre que introduce la Ley, precisamente lo contrario del padre gozador, muerte del padre que introduce el decálogo que establece una regulación simbólica del goce. Lacan subraya que en el texto sagrado puede leerse en los distintos nombres de Dios: Yahvé, como lo establece el mismo Freud, puede referirse en sus antecedentes a un dios ctónico, volcánico, colérico, apto para representar el dios del goce. En cambio El-Sadday, en el texto sagrado, aparece como el dios que introduce el pacto, por el cual Dios deja de reclamar sacrificios y el hombre a cambio, acepta a ese dios como único, reconoce que ningún humano puede tener la certeza de Dios, en cuyo nombre el decálogo establece un límite a su goce. No matarás, es su emblema mayor. A partir de estos recorridos presentamos las condiciones actuales que significan la relación del judaísmo, con nuestra cultura occidental, su relación con las otras dos grandes religiones monoteístas y la razón de la reiteración de persecuciones, asesinatos y genocidios que muestra también la disposición inadecuada del ser humano a su encuentro con la ley.


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