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Cambios en la psicopatología del trastorno limítrofe de la personalidad, en los pacientes tratados con psicoterapia psicodinámica

    1. [1] Asociación Psicoanalítica Mexicana
  • Localización: Salud mental, ISSN 0185-3325, Vol. 23, Nº. 6, 2000, págs. 1-11
  • Idioma: español
  • Enlaces
  • Resumen
    • español

      Los estudios sobre los cambios en los pacientes con psicopatología del trastorno limítrofe de la personalidad (TLP) tratados con psicoterapia psicodinámica son muy escasos en el resto del mundo, y en México este es el primer trabajo del que tenemos noticia. El trastorno limítrofe de la personalidad aparece alrededor de los 18 años, con un patrón de relaciones interpersonales intensas e inestables en las que ocurren crisis frecuentes de gran impulsividad (conducta suicida, abuso de sustancias, pleitos verbales y violencia física), inestabilidad afectiva (episodios de depresión, ira y ansiedad) y alteraciones de identidad (cambios súbitos de metas, valores y orientación vocacional), que consumen gran cantidad de recursos de salud y frecuentemente impiden el desarrollo académico y el inicio de la vida laboral. Su tratamiento requiere de alguna forma de psicoterapia individual o grupal y, con frecuencia, del uso de medicamentos; en general, el tratamiento es difícil y la impresión es que estos trastornos son intr atables o que requieren de varios años de terapia para obtener resultados muy limitados. En las estimaciones de los estudios epidemiológicos de varios países el trastorno limítrofe de la personalidad se encuentra entre el 1.1 y el 4.6% de la población general, en el 10% de los pacientes psiquiátricos ambulatorios, en el 20% de los pacientes psiquiátricos hospitalizados y entre 30 y 60% de los pacientes con trastornos de la personalidad, de los cuales 75% son mujeres y 25% son hombres. En México se ha encontrado hasta en 35.7% de los pacientes psiquiátricos del Hospital Central Militar. En este trabajo se indican los cambios ocurridos en los pacientes con trastorno limítrofe de la personalidad, tratados con la psicoterapia psicodinámica manualizada de Kernberg, aplicada por terapeutas capacitados en el manual, con dos sesiones semanales de 45 minutos, videograbadas y supervisadas semanalmente por expertos. Participaron cuatro psicoanalistas que tenían un promedio de 12 años de experiencia (D.E. = 1.15), y 10 psicoterapeutas con un promedio de 4.67 años de experiencia (D.E. = 4.23). Se observó una diferencia significativa en el número de años de experiencia de ambos grupos de terapeutas (U = 7.5, p, .002). Inicialmente se trataron 19 pacientes: cuatro hombres y 15 mujeres de clase media, que cumplían con los criterios del trastorno limítrofe de la personalidad del DSM IV. Se midieron los cambios ocurridos en la psicopatología y en la actividad global de los sujetos usando una Escala Dimensional del Trastorno Limítrofe de la Personalidad (EDTLP), diseñada por Clarkin, y la Escala de Evaluación de la Actividad Global (EEAG) del sujeto, del DSM IV. Las mediciones se hicieron al empezar y luego cada 24 sesiones durante dos años. Se encontró lo siguiente: a) 11 pacientes dejaron de cumplir con los criterios del trastorno limítrofe de la personalidad después de 72 sesiones, b) hubo una evolución favorable en la severidad de todos los criterios, c) después de 24 sesiones desaparecieron los criterios de impulsividad. Desp ués de 48 sesiones, casi desaparecieron los criterios de inestabilidad afectiva, pero casi no se modificaron los de las alteraciones de la identidad, ni siquiera en los pacientes que permanecieron casi dos años en tratamiento, d) la ganancia porcentual de la EEAG al ingresar y a las 72 sesiones fue de 70% y, e) no se observaron diferencias significativas en lamejoría de los pacientes de acuerdo con el tipo de terapeuta asignado. Esos resultados deben corroborarse y contrastarse con estudios aleatorios y comparativos en otros tipos de tratamientos del trastorno limítrofe, como la psicoterapia de apoyo, la terapia cognoscitiva-conductual, la terapia interpersonal, la terapia de grupo y la medicación, en muestras de pacientes de varias clases sociales, tratados por residentes de psiquiatría o psicólogos clínicos en adiestramiento, antes de poner esta terapia a disposición de una más amplia población de pacientes y terapeutas.

    • English

      There are very few studies on the changes in patients with borderline personality disorder (BPD) treated with psychodynamic psychotherapy, around the world, and as far as we know, this is the first report in Mexico on this subject. The main features of this disorder appear at 18 years of age (75% females; 25% males) and are frequent crises characterized by impulsivity (physical figths, substance abuse, suicide or selfmutilating behavior), affective instability (episodes of depression, anxiety and anger) and alterations in identity (sudden changes in values, vocational or laboral goals) that consume a lot of health resources and contribute to many failures in academic and work performance. Its treatment always needs some form of individual or group psychotherapy, with medication at times. In most of the clinical settings this disorder is considered as untractable or to take years to produce beneficial modifications. According to the epidemiological studies of several countries, this disorder appears in 1.1 to 4.6% in the general population, in 10% of the patients in ambulatory mental health centers, in 20% of the hospitalized psychiatric patients and in 30 to 60% of the patients with personality disorders. In a clinical psychiatric population in the Central Military Hospital (Mexico City) the prevalence was 35.7%. This paper reports changes observed in the psychopathology of borderline personality disorder treated by therapists trained in the Kernberg’s manualized psychodynamic psychotherapy, delivered in two weekly 45 minutes sessions, videorecorded and supervised once a week by experts. As for the therapists that participated in the study, four were psychoanalysts with a mean experience of 12 years (D.E. = 1.15) and 10 psychotherapists with a mean experience of 4.67 years (D.E. = 4.23). The experience of both groups of therapists was significately different (U = 7.5, p,.002).

      Nineteen patients were treated: four males and 15 females who met the DSM IV borderline personality disorder criteria.

      Measurements of the psychopathology and global functioning were made at the beginning of the treatment, and every 24 sessions during a two years period, using the Clarkin’s Dimensional Scale of the DSM IV Borderline Personality Disorder, and the DSM IV Global Assessment of Functioning. The results were: a) Eleven patients no longer met the DSM IV borderline personality disorder criteria at the 72nd session measurement, b) there was a positive change in the severity of the psychopathology in all criteria along time, c) the impulsivity criteria disappeared at the 24th session evaluation; affective instability criteria almost disappeared at the 48th session evaluation, while identity alterations criteria had only minimal changes even in those patients that remained in treatment for almost two years, d) the gaining in the Global Assessment of Functioning from the beginning to the 72nd session measurement was 70% and, f) there were no significative differences between the type of therapist and the improvement of the patient in the measurements. These results should be replicated and contrasted with randomized and comparative studies between this type of therapy and supportive psychotherapy, cognitive-behavioral therapy, interpersonal therapy, group therapy and medication in patients of other social classes treated by residents in psychiatry and clinical psychologists before making available this therapy to a wider patients population.


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