María Teresa Rivas Moya, Rosa Bersabé Morán, Serafina Castro Zamudio
Este trabajo estima la prevalencia de los diferentes trastornos de la conducta alimentaria (TCA) en adolescentes de ambos sexos de la provincia de Málaga (España). Se muestra la frecuencia con que los adolescentes practican distintas conductas sintomáticas de TCA. Además, se comparan los porcentajes obtenidos a partir de la informaci ón proporcionada por los adolescentes y sus padres. Método: Los datos se obtuvieron durante 1998 y 1999. La muestra se compone de 1,555 adolescentes (625 hombres y 930 mujeres) entre 12 y 21 años, pertenecientes a 14 centros escolares, públicos y privados. A los adolescentes se les administró de forma anónima el Questionnaire for Eating Disorder Diagnoses (Q-EDD; Mintz, O’Halloran, Mulholland y Schneider, 1997). A su vez, los padres elaboraron una nueva versión del Q-EDD, con el fin de obtener más información sobre la conducta alimentaria de sus hijos. El Q-EDD operativiza los criterios diagnósticos del DSM-IV por medio de 50 reactivos. Este se corrige siguiendo un diagrama de decisión que aporta el diagnóstico final. El Q-EDD diferencia a los sujetos que presentan un TCA de los que no lo presentan. Clasifica a los primeros en anorexia nerviosa (AN), bulimia nerviosa (BN) y trastornos de la conducta alimentaria no especificados (TCANE), y a los que no presentan TCA los clasifica en sintomáticos, cuando cumplen uno o más de los criterios diagnósticos sin llegar a presentar un cuadro completo, y en asintomáticos, cuando no cumplen ningún criterio diagnóstico. Resultados: La información obtenida de los padres proporciona tasas de prevalencia muy inferiores a las obtenidas a partir de la informaci ón de sus hijos. Según los adolescentes, la mayoría son asintomáticos (69.1%), el porcentaje de sintomáticos es relativamente grande (27.5%) aunque en menor medida se cumplen todos los criterios diagnósticos de algún TCA (3.4%). El riesgo que tienen las mujeres adolescentes de presentar un TCA es cuatro veces superior al de los hombres (OR=4.6). La patología diagnosticada c on más frecuencia fue el TCANE (0.5% en hombres y 3.9% en mujeres). La prevalencia de AN resultó ser 0.5% en hombres y 0.4% en mujeres; la de BN fue 0.2% y 0.6%, respectivamente. Estos resultados son equiparables a los obtenidos en estudios epidemiológicos anteriores, excepto en lo que se refiere a la tasa de prevalencia de AN en hombres, que es superior a la de otros trabajos.Estos datos sugieren que los TCA, aunque predominan en las mujeres, no son un problema exclusivo de ellas, y que se necesita seguir profundizando en el posible aumento de estos trastornos, en particular de la AN en la población masculina
This paper estimates the prevalence of eating disorders (ED) in a sample of male and female adolescents of the Province of M·laga (Spain). The frequency of the subjectsí symptomatic behaviours is given. Information provided by the subjects themselves and by their parents is also taken into account.
Method: Data collection took place during 1998 and 1999. The sample comprises 1,555 subjects (625 male and 930 female aged from 12 to 21 years) from 14 different public and private schools. The Questionnaire for Eating Disorder Diagnoses (Q-EDD; Mintz, OíHalloran, Mulholland and Schneider, 1997) was anonymously completed by the participants. A new version of the Q-EDD was also given to the parents for obtaining more information from them about their children. The 50-question Q-EDD operacionalizes eating disorder criteria of the DSM-IV. Diagnoses are generated by a scoring manual that consists of flowchart decision rules. Subjects with ED are classified as anorexia nervosa (AN), bulimia nervosa (BN) and eating disorders not otherwise specified (EDNOS). Subjects without ED are classified as symptomatic (with some symptoms of the disorders being diagnosed) and asymptomatic (responding negatively to all eating disorder behaviours).
Results: Most of the adolescents (69.1%) were classified as asymptomatic; 27.5% were symptomatic, although only 3.4% met all diagnostic criteria for ED. Females are four times more likely to have eating disorders than males (Odds Ratio=4.6). The pathology most frequently diagnosed was EDNOS (0.5% males, 3.9% females).
The prevalence of AN was 0.5% in males and 0.4% in females. The prevalence of BN was 0.2% in males and 0.6% in females. These results are all comparable to those obtained in previous epidemiological studies, except for the prevalence of AN in males, which is higher in this work. These data suggest that ED, although predominantly a female complaint, is not exclusive of them. Further study on the possible increase of these disorders is justified, particularly on AN in the male population. Finally, the parentsí reports showed a lower frequency of ED than the adolescentsí self-reports.
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