La «cultura nacional» en vilo: una reflexión a partir del incierto presente

• Autores: Javier Sanjinés C.
• Localización: Guaraguao: revista de cultura latinoamericana, ISSN 1137-2354, Año 19, Nº. 48, 2015, págs. 159-174
• Idioma: español
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• Resumen

  • Si para el discurso de la nación indígena, el tema del ancestro siguió siendo fundamental, en el discurso cocalero el ancestro dejó de ser la referencia principal (no sorprende, por ejemplo, que Evo Morales no haga referencia a su ancestro aymara, prefiriendo autodenominarse un «indígena originaria (sic)»). El pueblo ya no puede ser la totalidad que el Estado representa homogéneamente, sino una parte que, como en el procedimiento de la sinécdoque, aspira a ser tenida en cuenta como el todo; una plebe que reclama ser, en confrontación con el Estado colonial, el único populus legítimo; una parte que quiere funcionar como la totalidad de la comunidad, aunque sabiendo bien que dicha representación es sólo temporal y aleatoria. De este modo, no puede ser lo mismo construir un proyecto cultural, por crítico que éste sea, desde el punto de vista del Estado liberal de derecho, que hacerlo desde un Estado social y democrático fundado en el actuar de la plebe que se erige en populus, en pueblo. Como el precipitado dejado en el tubo de laboratorio después de un fallido experimento químico, la plebe, el equivalente de lo que Lacan llamó caput mortuum, aspiró a ser populum desde la ruptura social que, en Bolivia, fue más honda que el simple antagonismo: mientras que éste abogó por algún tipo de solución dentro del sistema, respetando sus reglas de juego, el tipo de exterioridad al que aludimos presupuso un afuera espacio-temporal que no se ajustó más ni a la cultura, tal y cual ella es concebida por la «ciudad letrada», ni a la esfera pública republicano-liberal.