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El estudio de la conciencia: estado actual

  • Autores: Juan Ramón de la Fuente Ramírez
  • Localización: Salud mental, ISSN 0185-3325, Vol. 25, Nº. 5, 2002, págs. 1-9
  • Idioma: español
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  • Resumen
    • español

      Tener conciencia, es la experiencia más familiar y directa que tenemos los humanos, pero es también un misterio que concierne a los psiquiatras, los biólogos y los filósofos. La aproximación científica al problema es reciente porque para iniciarla fue necesario superar tradicionales obstáculos filosóficos y problemas metodológicos. La principal dificultad radica en que la conciencia es experiencia personal y privada.

      Para la mayoría de los científicos, la conciencia tiene su asiento en el cerebro y es abordable en términos de la actividad global de grandes conjuntos de neuronas interactuantes. Se asume que sus mecanismos neurales son susceptibles de ser aclarados. Algunos estudiosos del tema han llegado a la conclusión de que la conciencia es un proceso imposible de esclarecer.

      El concepto de "estados alterados de conciencia" se refiere a fenómenos en los límites de la normalidad, como los que se generan en la meditación trascendental, el trance y el éxtasis y en las experiencias de "revelación", o de "posesión", la hipnosis y la disociación. Estos estados pueden estar basados en mecanismos neurofisiológicos comunes que son modelados en su expresión por los contextos situacionales y culturales en que se dan. En la clínica psicopatológica y neurológica, son también notables las alteraciones de la autoconciencia que frecuentemente acompañan a diversos trastornos mentales y algunas veces constituyen su esencia. De hecho, una gran parte de la psicopatología se expresa por alteraciones de la conciencia. Conocer el sustrato neural de estas variedades de experiencia normales y patológicas, puede contribuir al mejor conocimiento de la conciencia y de nuestra convicción de ser los agentes de nuestros pensamientos y acciones.

      La conciencia no podría escapar al proceso evolutivo, porque la conciencia es una capacidad adaptativa que en algún grado no es propiedad exclusiva del hombre superior, si bien tener conciencia de tener conciencia es una propiedad única del hombre. Surge la pregunta de si la actividad cerebral humana difiere cualitativamente de la actividad cerebral de los animales superiores más cercanos al hombre como son los primates. Es aparente que los animales superiores tienen conciencia aunque no tengan la capacidad de razonar acerca de su propia experiencia.

      La psicología ha contribuido al estudio de la conciencia desde la década de 1920, en que William James lo abordó con un enfoque naturalista. Sus observaciones y conceptos conservan interés para los teóricos y los investigadores experimentales. Recientemente, los psicólogos cognitivistas han definido más finamente sus conceptos, se han unido con colegas del campo de la neurobiología, la computación y la lingüística y construyen paso a paso una ciencia de la mente, y hacen aportaciones al estudio de la conciencia.

      En cuanto a las contribuciones de la filosofía, se hace alusión a la controversia reciente entre dos filósofos expertos en el estudio de la conciencia, David Chalmers y Daniel Dennett. Este último opina que el tema de la conciencia puede reducirse a un conjunto de problemas que son manejables a nivel neural y sólo resta conocer los detalles. David Chalmers, por su parte, propone que en el estudio de la conciencia hay "problemas fáciles" y "otros difíciles". Los problemas fáciles, no son más desafiantes que la mayoría de los problemas de la psicología y de la biología, en tanto que los problemas difíciles son un misterio.

      El conocimiento de la corteza cerebral humana, avanza en las dos últimas décadas a una velocidad vertiginosa. Se han abordado aspectos de la mente-cerebro como la atención, la percepción, la memoria, el aprendizaje y también la conciencia. El autor se refiere a la explicación neurobiológica de la conciencia propuesta por Antonio Damasio, que incorpora a los estados afectivos y al Yo como sujeto y como agente; a su juicio, el formato básico de la conciencia no es el pensamiento sino el sentimiento, y distingue dos niveles de conciencia: la conciencia básica y la conciencia extensa. Por su parte, F. Crick propone que la conciencia emerge de un proceso que combina la atención con la memoria de corto plazo. El autor se refiere al que considera el avance más espectacular en el estudio neurobiológico de la conciencia, el trabajo de Rodolfo Llinás, quien propone que son señales eléctricas las que dan lugar a la conciencia; las oscilaciones que se generan en las neuronas del tálamo y lo ligan con todas las regiones de la corteza cerebral, explican que nuestras imágenes conscientes estén integradas; estar consciente es un estado que justamente corresponde a la realidad externa, pero no tiene realidad objetiva.

      Los científicos de la computación nos asombran con las habilidades de sus máquinas. En comparación con las computadoras modernas, el cerebro está limitado para formar con rapidez coaliciones neuronales; las neuronas actúan muy lentamente. Sin embargo, las computadoras no pueden hacer más funciones que las que hace un animal, ya que su cerebro posee las propiedades de un órgano biológico.

      Es posible que el velo de ignorancia que en el pasado ha cubierto a la conciencia se desvanezca conforme conozcamos mejor los mecanismos íntimos de la actividad cerebral. Si la conciencia está sujeta a las leyes que gobiernan otras funciones del organismo podría ser explicada por actividades del cerebro que todavía no han sido descubiertas. La neurobiología con sus técnicas finas, habrá de revelar en el futuro, la base neural de la conciencia, y reducir "la brecha explicativa". Estamos sólo al principio de penetrar el misterio de la conciencia.

    • English

      Consciousness is the most familiar and most direct experience humans have, but it is also the major mystery pondered by psychiatrists, biologists and philosophers. There is no doubt that consciousness sits in the brain. To initiate the scientific approach to the subject, it has been necessary to overcome traditional philosophical obstacles and methodological problems. The main difficulty lies on the fact that consciousness is a personal and private experience.

      For most scientific researchers, consciousness can be approached in terms of the global activity of large clusters of interactive neurons and, its neural mechanisms implicated are assumed liable of being elucidated. Other scholars have concluded that consciousness is in its essence a process impossible to be elucidated.

      The concept of “altered states of consciousness” is related to phenomena in the borderline normality, generated in processes such as trascendental meditation, trance and ecstasy, “revelation” or “possession” experiences, and in hypnosis and disociation. These states might be founded on common neurophysiological mechanisms modeled in their expression by situational and cultural contexts where they rise. In the field of psychopathological and neurological clinics, the alterations of self-consciousness appear often in several mental disorders and sometimes constitute their essence. The better understanding of the neural substrate of these normal and pathological varieties of conscious experience can contribute to the knowledge of consciousness and of our experience of being the agents of our thoughts and actions. In fact, a great part of psychopathology is expressed by alterations of consciousness.

      Consciousness could not escape from the evolutionary process, because consciousness is an adaptive function which is not an exclusive property of man, notwithstanding that man has the unique capacity to be conscious of being conscious. The human consciousness differs from the brain activity of superior primates.

      It appears that superior animals have consciousness even though they do not have the capacity of reasoning about their own experience.

      Psychology has contributed to the study of consciousness since 1920 when William James approached it with a naturalist focus.

      Even today his observations and concepts are of interest for theoretical and experimental researchers. In recent years, cognitive psychologists have defined their concepts, and joined their colleagues in the fields of neurobiology, computation and linguistics, and are constructing step by step a science of the mind.

      In turning to philosophy, the controversy between two expert philosophers on consciousness studies, David Chalmers and Daniel Dennett, is presented. The latter claims that the issue of consciousness can be reduced to a set of problems that can be managed at a neural level, and only the details have to be understood. Chalmers argues that in the study of consciousness there are “easy problems” and “hard problems”. Easy problems are not more challenging than most of other problems of psychology and biology, while hard problems are as yet a mystery.

      In the field of neurobiology, it may be said that the knowledge of human brain cortex is increasing. Aspects of the mind, like attention, perception, memory, learning, as well as consciousness, are being experimentally approached. The author refers to the neurobiological explanation of consciousness provided by Antonio Damasio, which embodies affective states and the self as subject and agent; he thinks that the basic format of consciousness is not thought but emotion, and he distinguishes two levels of consciousness: the basic consciousness and the extended consciousness. F. Crick suggests that consciousness rises from a process which combines attention with short term memory. The author also refers to the most spectacular breakthrough in the neurobiological study of consciousness, the work of Rodolfo Llinás, who proposes that electric signals give rise to consciousness;

      oscillations generate in neurons of the thalamus and link it with all the regions of the brain cortex, and so conscious images are integrated. Being conscious is a state that corresponds to the external reality, but it does not have an objective reality.

      Computational scientists astonish us with the construction of machines capable of remarkable activities. In comparison with the modern computers, the brain works very slowly. However, computers cannot do functions made by an animal brain, since the brain has the properties of a biological organ.

      It is possible that the veil of ignorance which has covered consciousness vanishes as we achieve a better understanding of the intimate mechanisms of the brain’s activity. If consciousness is subject to the laws governing other functions of the organism, it could be explained by brain activities which have not yet been discovered. It is possible that neurobiology, with its fine techniques, will reveal in the future the neural foundations of consciousness and so the explanatory gap will be reduced. We are just beginning to understand the mystery of consciousness.


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