El guano - voz quichúa que significa estiércol- es el producto de la descomposición de excrementos de aves marinas, acumuladas año tras año y en cantidades ingentes por millones de pájaros que anidan en las islas inmediatas a las costas occidentales de América del Sur y de África austral. La falta de lluvias, típica en estas zonas, mantiene, sin disolverlas, las sales fosfóricas y los compuestos nitrogenados propios del origen orgánico del guano. Por eso constituye un excelente abono. Aprovechado ya por los aborígenes americanos, el guano -sobre todo el del Perú- fue durante las décadas de 1840 a 1870 un factor esencial del desarrollo de la agricultura europea. Las páginas que siguen describen su introducción en la Península Ibérica, iniciada en Valencia y en Barcelona en una fecha -1844- muy próxima a la de los primeros ensayos realizados por los países que iban a la cabeza del progreso agrícola.
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