México
INTRODUCCIÓN:
En México, existe poca experiencia en el desarrollo de modelos en atención primaria en salud mental.
OBJETIVO:
Estructurar y aplicar un modelo de atención colaborativa en salud mental, basado en evidencias científicas probadas en otros países.
MÉTODO:
Se diseñó un modelo acorde a las características del sistema de salud de la Ciudad de México. El modelo consistió en: la capacitación del equipo de salud para detectar posibles casos, la aplicación del instrumento de tamizaje (K-10), para el diagnóstico de depresión y ansiedad, así como realizar reuniones de atención colaborativa entre los médicos generales y el especialista en psiquiatría para la supervisión de casos. Se aplicó una entrevista de opinión a los médicos generales.
RESULTADOS:
Se capacitaron 104 profesionistas. Durante tres años se detectaron 830 (50.5%) posibles casos, se valoraron el 38% de éstos en sesiones de atención colaborativa entre el médico general y el psiquiatra. El 50% de las sesiones fueron suspendidas por motivos administrativos principalmente; la asistencia de los médicos generales y de los pasantes de medicina fue regular.
DISCUSIÓN Y CONCLUSIÓN:
El modelo de atención colaborativa entre el médico general y el especialista en este contexto puede funcionar. Sin embargo, se deben resolver algunas barreras administrativas, como la organización de los servicios y el número de programas que se desarrollan en el primer nivel de atención. Ante esta limitación, y dada la experiencia, se propone que los estudiantes de servicio social de medicina se involucren en este tipo de modelos, con el apoyo de los médicos generales.
INTRODUCTION:
In Mexico, there is scarce experience on the development of mental health primary care models.
OBJECTIVE:
The goal of this work was to structure and apply a collaborative care model in mental health based on scientific evidence proven in other countries.
METHOD:
A model complying with the characteristics of Mexico City's health system was designed. The model was composed of: training sessions for the health team to detect possible cases, application of a screening instrument (K-10), diagnostics of depression and anxiety, and collaborative care meetings, among general practitioners and the specialist (psychiatrist) to oversee cases. An opinion interview about the model was applied to general practitioners.
RESULTS:
One hundred and four professionals were trained. During the three years, 830 (50.5%) possible cases were detected; 38% of them were evaluated in collaborative care sessions between the general practitioners and the psychiatrist. Half the sessions were cancelled, mainly for administrative reasons. The assistance of medical practitioners and pregraduate medical education was regular.
DISCUSSION AND CONCLUSION:
A collaborative care model between the general practitioner and the specialist is feasible in this context. However, some administrative barriers -such as the organization of services and the number of programs developed at the primary care- should be solved, because there are other programs demanding from them the exclusiveness of time. In the light of this limitation, and given the collaboration in the project, it is proposed that pregraduate medical education students involve themselves in this type of models with the support of general practitioners.
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