El cuadro titulado modernamente Los mulatos de Esmeraldas (1599), del pintor quiteño de origen indígena Andrés Sánchez Gallque y que se guarda en el Museo de América de Madrid, ha sido objeto de interpretaciones confusas. La propia descripción del cuadro que hace el museo resulta equívoca. Los tres hombres negros representados portan una lanza de hierro cada uno y al mismo tiempo aparecen en actitud de dar vasallaje al Rey de España, destinatario del cuadro. Su apariencia constituye un mensaje contradictorio para la sociedad esclavista que era el Imperio español, al presentarse como ne- gros y libres, según confirma el memorial que envió el oidor Juan del Barrio Sepúlveda, que lo mandó pintar, y que acompañaba al lienzo. A partir de una anécdota ocurrida durante una visita al museo, la película Black Panther (2018) ofrece la posibilidad de aplicar una interpretación afrofuturista a este cuadro que siendo renacentista es afrodiaspórico. Cuadro y película comparten una estética que especula sobre un futuro en que los negros son libres, autónomos y poseedores de superioridad tecnológica sobre sus enemigos. Ambas obras de arte representan sociedades negras que a partir de una clara conciencia histórica del pasado/presente esclavista, proyectan la visión de un mundo en el que los negros tienen futuro y son el futuro.
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