Entre 1931 y 1934, EL PATRONATO DE MISIONES desarrolló toda su batería de actividades por gran parte de la geografía española. Por tierra, mar y "aire" llegaban sus misioneros, con la lección aprendida y las alforjas llenas de ilusión. Las tierras más apanadas, y sus moradores, también tenían derecho al disfrute del progreso.
Por aquellas fechas, los valles de los ríos Tormes, Alberche y Tiétar, en el sur de la provincia de Avila, recibieron, igualmente, aquellos flujos de contactos renovadores.
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