cuesta imaginar que el acto de encender la calefacción o accionar el grifo del agua caliente pueda tener implicaciones a escala global pero, en cierto modo, así es: cada reserva de gas natural, cada gasoducto que se construye o cada buque que transporta gas natural licuado forma parte del complejo entramado en el que se ha convertido el mapa gasista internacional. un mapa que tiene como punto importante Europa y en el que España reclama su lugar como puerta de entrada del gas.
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