“La esfera pública burguesa está orientada por el principio del acceso general. Una esfera pública de la que estuvieran eo ipso excluidos determinados grupos no sólo sería incompleta, sino que en modo alguno podría hablarse de esfera pública. (Habermas, 1981: 85)”. Partiendo de la definición de Habermas de la esfera pública o “publicidad”, el presente artículo se centra en la (in)visibilidad de ciertos grupos demográficos (las mujeres, los sintecho, “los pobres”, los migrantes) en “espacios del miedo” específicos. En este contexto la pregunta principal de este artículo teórico consiste en si los espacios públicos pueden considerarse espacios abiertos al público si algunos grupos de personas no hacen uso de ellos debido al miedo, a su “alteridad” o a otros motivos. Este artículo analiza qué mecanismos de exclusión pueden llegar a conformar y a construir “espacios del miedo” y cómo estos mecanismos pueden poner en peligro los valores democráticos. De este modo se analizará la interrelación entre exclusión y apertura. Los denominados “espacios del miedo” son objeto de discusión en varios contextos y de análisis crítico en estudios urbanos feministas. A menudo, determinadas narrativas y discursos mediáticos están conectados con los “espacios del miedo”, los cuales pueden condicionar el comportamiento de las personas en ciertos lugares. Partiendo del concepto de performatividad de Judith Butler me gustaría preguntar cómo las personas generan sus identidades de manera performativa en conexión con un lugar. A partir de estas prácticas performativas pueden surgir estructuras de poder cuando ciertos grupos “colonizan” un espacio mediante su performatividad. La apropiación espacial puede conducir a la exclusión de minorías y de “extraños”. Las estructuras de poder también se pueden asociar a las narrativas y discursos ya mencionados que, a su vez, fomentan la apropiación de “espacios del miedo”. ¿Cómo se podrían trasladar estas reflexiones teóricas a práctica(s) urbana(s)?
“The public sphere of civil society stood or fell with the principle of universal access. A public sphere from which specific groups would be eo ipso excluded was less than merely incomplete; it was not a public sphere at all”. (Habermas 1991: 85) On the basis of Habermas’ definition of the public sphere, this contribution focuses on the (in)visibility of certain groups of citizens (women, homeless, “the poor”, migrants) in specific (so-called) ‘spaces of fear’. In this context, the main question of this theoretical contribution is if public spaces can be considered as open to the public if some groups of people do not use those places due to fear, their ‘otherness’ or other reasons. This contribution examines which excluding mechanisms can shape and construct ‘spaces of fear’ and how those mechanisms may threaten democratic values. In doing so, the interrelation between exclusion and openness should be analyzed. ‘Spaces of fear’ are discussed within various contexts and are analyzed critically in feminist urban studies. Oftentimes, specific narratives and media discourses are connected to ‘spaces of fear’ which might influence how people behave and act in certain places. Following Judith Butler’s concept of performativity I would like to ask how people performatively produce their identities connected to one place. From those performative practices, power structures may arise when certain groups ‘colonize’ a space through their performance. Spatial appropriation might lead to the exclusion of minorities and ‘strangers’. Power structures can also be linked to the aforementioned narratives and discourses which –in turn– also foster the appropriation of ‘spaces of fear’. How can those theoretical reflections be translated into urban practice(s)?
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