“La tierra está ardiendo”. Hasta el momento, la expresión solo era una imagen. En Australia, describe exactamente los gigantescos incendios que desde hace tres meses asolan el continente rojo. Tanto es así, que los bomberos han renunciado a extinguir el fuego, fuera de control. ¿Se pueden considerar “naturales” semejantes catástrofes, cuando se acumulan las evidencias de su origen industrial?
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