José María Salvador González, Cristina de la Casa Rodríguez
Este texto abordará la problemática existente a la hora de hablar de la evolución de la retratística medieval. Lo normal suele ser pensar que en la edad altomedieval solo existe el donante, para progresivamente ir dando más importancia al sujeto que aparece en el cuadro, hasta llegar al típico retrato, también italiano, pero sobre todo flamenco, que eventualmente representaría los valores de una sociedad moderna y preocupada por la promoción del ser humano como ente individual, alejado de los valores de religiosidad e inferioridad que se suelen asociar con la forma del donante. A lo largo de este trabajo pondremos en cuestión esta línea tan pretendidamente perfecta, haciendo primero una aproximación a qué llamamos donante y qué llamamos retrato, con el fin de entender que en ocasiones los términos utilizados por la historiografía artística terminan por ser simples compartimentos estanco que no reflejan la diversidad artística existente. Finalmente, haremos un recorrido histórico de las diferentes maneras de retratar utilizadas en la Edad Media, haciendo especial hincapié en el pensamiento y la filosofía que están detrás de cada uno de los contextos analizados, con el firme convencimiento de que son las ideas, y no el puro análisis formalista, las que nos darán las claves de las diversas representaciones de los seres humanos a lo largo del tiempo, y en concreto en el medievo.
This paper aims to assess the problems arisen when trying to talk about the development of medieval portraits. Usually, we tend to think that the donor is typical of the Early Middle Age, and then, progressively, the importance of the subject depicted increases, so that finally we can encounter the Italian, but mostly Flemish, portrait in which the values of modern society, such as the distance taken from the religious principles or the human being’s feeling of superiority, are reflected. Throughout our paper, this so-called perfect evolution will be tested, by doing an initial approach to the concepts of “donor” and “portrait”, so that we can realise that this kind of expressions used by art historiography are just characteristic of narrow-minded visions which cannot be used to reproduce the existing diversity of the Art. Finally, we will analyze the different ways of depicting people throughout the Middle Ages, giving particular emphasis on the line of thought and the philosophy dominant every concept and piece described, with the firm belief that ideas, instead of mere formalist analysis, give us the key points about the human being’s representations throughout history, and in a more precise way, the medieval period.
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