Ir hecho un pincel al trabajo no es algo imprescindible hoy en día. Como demuestra una reciente encuesta, cada vez son más las empresas que dejan elegir a sus empleados cómo vestirse. La única exigencia es la limpieza y el decoro. El traje y la corbata dejan de ser el mono de trabajo para la mayoría. Pero la resistencia está aún en el sector comercial.
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