Se autodenomina iconoclasta, militante de la vida e individualista solitario. Se aplica a sí mismo muchos adjetivos que no van en consonancia con su ejercicio de la presidencia de una multinacional. Pedro Sempere se llama, por ejemplo, superficial y dice encontrarse cómodo en cualquier disciplina sin necesidad de profundizar. Como buen géminis, afirma, merodea en todas la flores. La excesiva curiosidad y el aburrimiento que le produce volver dos veces sobre el mismo tema le han mantenido durante más de tres décadas en publicidad, "la profesión más interdisciplinaria que existe". La fascinación por el cambio le ha arrastrado por un itinerario poco común: de experto en comunicación audiovisual a creativo y de aquí a gerente y empresario. No ha practicado, sin embargo, la rotación de agencias, lleva cerca de 21 años en la misma: Young & Rubicam.
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