La regeneración urbanística y arquitectónica de Bilbao tiene en su flamante estadio de fútbol su hito más reciente. Un edificio espectacular que acapara elogios y reconocimientos, pero cuyo mayor reto ha sido sustituir, en el corazón de los aficionados del Athletic de Bilbao, el enorme caudal sentimental que a lo largo de un siglo acumuló la vieja Catedral. El calor en el campo lo generan los más de 53.000 espectadores que caben en las gradas. Del resto se encargan dos calderas de condensación de gas natural.
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