El poner fin a la vida de los neonatos discapacitados, Del protocolo de Groningen al reglamento nacional holandés

• Willem J. Eijk ^[1]
  1. [1] Conferencia Episcopal Holandesa católica
• Localización: Medicina y Ética: Revista internacional de bioética, deontología y ética médica, ISSN-e 2594-2166, ISSN 0188-5022, Vol. 19, Nº. 4, 2008, págs. 357-378
• Idioma: español
• Títulos paralelos:
  • Putting an end to handicapped newborn's life. From Groningen Protocol to Dutch National Regulations
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• Resumen
  • español

    Desde 2004, en los Países Bajos y fuera de ellos, con el Protocolo de Groningen ha sido colocado en la agenda del debate público concerniente a la eutanasia, el poner fin a la vida de neonatos. Mientras tanto, el gobierno holandés ha redactado un reglamento nacional que está en vigor desde 2006. Toda vida humana, por tanto también la del neonato, es un valor intrínseco que no puede ser sacrificado, ni siquiera para poner fin al sufrimiento. El sufrimiento insoportable y sin perspectivas no puede ser usado como criterio para justificar la suspensión activa de la vida. El sufrimiento insoportable parece ser juzgado por los médicos en modo diverso. También sobre la valoración del sufrimiento sin perspectivas, las opiniones de los médicos parecen divergir notablemente. La sedación paliativa parece ser una solución para llevar el sufrimiento a proporciones soportables. Puede considerarse legítimo renunciar a una terapia que prolongue la vida, aunque así se vea acelerado el final.

  • English

    From 2004 through the Groningen Protocol the termination of life of neonates was put on the agenda of the debate concerning euthanasia inside and outside the Netherlands. In the meantime Dutch government has established the national regulations, effective form 2006. Every human life, including that of the neonate, is an intrinsic value, which may not be sacrificed, also not in order to end suffering. The being unbearable and the hopelessness of suffering may not be used as a criterion for justifying active termination of life. The opinions' regarding the hopelessness of suffering also appears to differ among physicians. Palliative sedation may be a solution in order to reduce suffering to bearable proportions. It may be legitimate to renounce life prolonging treatment, also when the end of life is accelerated by doing so.