En este trabajo reconstruyo la estructura argumentativa del asociacionismo coercionista defendido por Michael Blake, que consta de dos premisas, una normativa y otra empírica. Sostengo que ambas premisas pueden ser rechazadas, de manera indirecta (en el caso de la premisa empírica) o directa (en el caso de la premisa normativa). La conclusión es que el asociacionismo coercionista no prueba la existencia de una discontinuidad normativa entre el plano doméstico y el plano global.
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