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Por qué las campañas electorales cognitivas basadas en la posverdad pueden erosionar las democracias de opinión: Cómo afecta a este tipo de campañas las mentiras profundas de base audiovisual basadas redes neuronales generativas

  • Autores: Luis M. González de la Garza
  • Localización: Revista general de derecho constitucional, ISSN 1886-6212, Nº. 32, 2020
  • Idioma: español
  • Texto completo no disponible (Saber más ...)
  • Resumen
    • español

      Si podemos convenir en que cada persona puede tener su propia opinión sobre cualquier tema, nadie está en cambio autorizado a tener sus propios hechos sobre tales temas. Esto, que en el paradigma analógico era cierto puede dejar de serlo en el paradigma de la realidad virtual, singularmente cuando estos hechos pueden ser falsificados de forma tan precisa, eficaz y poco costosa que la realidad puede dejar de ser lo que hasta ahora ha sido para convertirse en un campo de excentricidades, dudas, omisiones de diseño intencional y certezas construidas ad hoc.

      La protección de la verdad en la democracia del siglo XXI es la esencia que hay que preservar frente a los ataques que van a ir in crescendo, primero fueron las Fake News, ahora son las Deepfakes y veremos nuevas dimensiones de estas patologías informacionales, pero ambas tienen un denominador común, su ataque a la verdad mediante la tergiversación de los hechos. Siendo el objetivo de estas distorsiones de muy diversa naturaleza, los objetivos de manipulación electoral son los que en este trabajo nos van a ocupar ya que afectan a un elemento medular de la democracia de opinión, una opinión pública nutrida de afluentes no tóxicos que permitan a los ciudadanos formarse juicios veraces basados en hechos ciertos. Dado que en la política la verdad importa, al final podría importar más que cualquier otra cosa es esencial abordar este campo de estudio explicando la naturaleza de las Deepfakes y proponiendo algunas soluciones para su control jurídico.

    • English

      If we can agree that each person can have their own opinion on any subject, nobody is instead authorized to have their own facts on such topics. This, which was true in the analogue paradigm, may cease to be true in the virtual reality paradigm, especially when these facts can be falsified so accurately, efficiently and inexpensively, that reality can cease to be what until now it has been to become a field of eccentricities, doubts, omissions of intentional design and certainties built ad hoc.

      The protection of the truth in the democracy of the 21st century is the essence that must be preserved against the attacks that will go in crescendo, first it was the Fake News, now they are the Deepfakes and we will see new dimensions of these informational pathologies, but both they have a common denominator, their attack on the truth by misrepresenting the facts. Being the objective of these distortions of a very diverse nature, the objectives of electoral manipulation are those that in this work will occupy us since they affect a core element of the democracy of opinion, a public opinion nourished by non-toxic tributaries that allow Citizens form truthful judgments based on true facts. Given that in politics the truth matters, in the end it could matter more than anything else it is essential to address this field of study explaining the nature of the Deepfakes and proposing some solutions for their legal control.


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