Valencia, España
Introducción Aunque la asociación de arteritis de la temporal e ictus isquémico no es frecuente, su diagnóstico y su manejo posterior plantean serias dificultades, requiriendo un alto índice de sospecha.
Métodos Analizamos una serie de 6 pacientes con arteritis de la temporal confirmada por biopsia con ictus isquémico como forma de presentación. Discutimos las características clínicas y las dificultades en su valoración, su evolución a corto y largo plazo, el tratamiento realizado y la utilidad de las nuevas pruebas diagnósticas.
Resultados Nuestra serie de 6 pacientes tenía una edad media de 68,3 años y el 50% eran mujeres. La mayoría de los pacientes asociaba síntomas sistémicos. No hubo diferencias en la afectación de territorio anterior y posterior. La RM y angio, el Doppler y la PET-TAC fueron muy útiles en el diagnóstico y la orientación terapéutica de los pacientes. El seguimiento medio fue de 26 meses y la evolución distó de ser benigna: el 33% quedó con Rankin ≥ 3, falleciendo un paciente. Además, 2 pacientes, tratados con corticoides a dosis plena, tuvieron nuevos ictus. Dos pacientes fueron tratados con angioplastia.
Conclusiones El ictus provocado por la arteritis de células gigantes es una enfermedad potencialmente grave, que requiere una alta sospecha diagnóstica y un tratamiento corticoideo temprano. Los nuevos métodos diagnósticos ayudan a refinar la correcta evaluación de los pacientes y a determinar el tratamiento óptimo. El tratamiento endovascular puede ser una opción terapéutica válida en casos seleccionados.
Introduction Though uncommon, ischaemic stroke due to temporal arteritis carries serious difficulties for diagnosis and subsequent management and requires a high level of suspicion.
Methods We analysed a series of 6 patients with biopsy-proven temporal arteritis presenting with ischaemic stroke. We discuss clinical characteristics, difficulties of assessment, short- and long-term progression, treatment, and the usefulness of new diagnostic techniques.
Results Our sample of 6 patients had a mean age of 68.3 years; 50% were women. The majority of patients showed systemic symptoms. Anterior and posterior circulation were affected similarly. MRI angiography, Doppler sonography, and PET-CT proved to be very useful for diagnosis and treatment. Mean follow-up time was 26 months. Clinical outcomes were far from good: 33% scored ≥ 3 on the modified Rankin scale, including one death. Two patients had recurrent stroke despite treatment with full doses of corticosteroids, and 2 underwent angioplasty.
Conclusions Stroke caused by giant cell arteritis is a serious and potentially severe condition which requires a high level of suspicion and early treatment with corticosteroids. New diagnostic techniques contribute to refining patient assessment and identifying the optimal treatment. Endovascular treatment may be a valid therapeutic option in selected patients.
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