Durante el reinado de Felipe II la corografía junto con la pintura se pusieron al servicio de la Corona , y su principal objetivo era dedicarse a la demostración de las grandezas de la monarquía de los Austrias. En este marco de referencia se sitúa el encargo que hizo el rey al pintor flamenco Anton van den Wyngaerde sobre la elaboración de una serie de dibujos panorámicos de las principales ciudades españolas, entre las que se encontraba Jaén. En esta vista el artista combina elementos topográficos, urbanos y paisajísticos, e intenta representar el aspecto más humano y cotidiano de la ciudad. El análisis y la interpretación detallados de esta obra nos permiten reconocer cuales eran los componentes que representan los poderes políticos y religiosos y las fortalezas económicas de la ciudad.
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